Por: Manuel Rojas.

Escribo esto con la esperanza que mis profesores que me enseñan las primeras horas se apiaden y se acuerden de mi al momento de llenar la hoja de asistencias, porque aunque intento no puedo llegar temprano por el bendito “corredor azul”, pero el nombre de “caminador azul” (que lo leí del periódico), que aun esta verde, le caería mejor.

Pero la idea me parece por parte buena y muy estratégica, estratégica por incorporarlo un mes antes de las elecciones y encima gratis; sin embargo, también me perjudica demasiado, pero “demasiadamente mucho”, tengo que hacer maravillas para poder llegar temprano, he tenido que idearme a diario nuevas formas de llegar rápido. 

Desde ver la manera de tomar el tren, tomar como dos o tres carros para poder llegar, sin mencionar lo aplastado y colgado que voy, y hasta tomar un colectivo y hacerle, lo que pensaba en ese momento, una ingeniosa pregunta: ¿Con mi carné universitario pago medio?. 

Voy dos semanas ya, dos semanas en las que no me queda de otra e ir haciéndome la idea que esa travesía la repetiré, si Dios quiere, unos cinco o seis años más de mi vida universitaria.