Por: Natali Bazán
El bullying, conocido como
maltrato escolar es un problema muy frecuente en esta última década en el
mundo, cabe recalcar que nuestro país no es ajeno a este problema. No solamente en las aulas de nuestra capital
se registra este problema, sino también en las aulas del interior del país.
Si analizamos a profundidad,
este problema tiene sus raíces no en nuestros tiempos, sino de décadas
anteriores, es posible que nuestros padres sufrieron los rezagos del bullying a
una escala mucho menor. Las redes sociales son plataformas de múltiples
beneficios si se utilizan con sabiduría pero hoy en día estos medios han
maximizado dicho problema.
En la actualidad observamos
el denominado ciber bullying, que es el medio que los ‘bravucones’ utilizan
para intimidar a su víctima mediante mensajes, imágenes, videos y demás. En
nuestra capital limeña observamos todas las semanas casos del ciberbullying
cada uno más indignante que el anterior, hasta el extremo de que las victimas
decidan tomar la decisión de terminar con su existencia.
Es por ello que todos
debemos trabajar en conjunto para mermar y si es posible terminar con este
problema, con mucha más énfasis los alumnos, aquellos que ven este problema
toda su vida estudiantil; son ellos que tienen que tener mano firme con el
bullying, ya que ellos no necesariamente son las víctimas o victimarios,
simplemente pueden ser solo espectadores. Muchos de ellos contribuyen con el
bullying con su silencio, ese silencio que para ellos es insignificante pero
que es un factor que alimente este problema.
Si todos nosotros
contribuimos con no quedarnos callados al ver un acto de bullying podemos
erradicarlo, pero la decisión está en nuestras manos, quedarnos callados o no
es responsabilidad nuestra. No existe una mejora en nuestra sociedad, si cada
uno no decide mejorar
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